Esta facultad que
tiene para ver el último momento de las víctimas de un crimen le lleva a intuir
en muchas ocasiones la explicación de los crímenes que debe investigar. En esta
ocasión, un famoso cantante de ópera es asesinado en el camerino del teatro
donde actúa, en medio de una noche de canto. Murió, y el comisario Ricciardi lo
sabe porque lo ha visto, recitando una parte de la ópera, y con lágrimas en las
mejillas.
El comisario no
cejará en su empeño y finalmente encontrará a alguien que se hace responsable
de la muerte del cantante. Pero a veces, las cosas no son lo que parecen…
Primer libro de una saga de novela negra que promete.
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