Danny Torrance tiene
cinco años, una madre llamada Wendy y un padre llamado Jack que le quieren. Jack
tiene muchos problemas, y el menor de ellos no es el alcoholismo, aunque lleva
más de un año sin beber. También se ha quedado sin empleo por un arranque de mal
genio durante el que agredió a uno de sus alumnos, es un escritor frustrado
cuya novela está estancada y en su relación con Wendy siempre subyace el día en
el que, en uno de sus arrebatos, agredió a Danny y le rompió el brazo, cosa que
casi acabó con el matrimonio.
Cuando le ofrecen un
empleo de vigilante de un hotel de temporada, que se queda aislado durante
varios meses en invierno, entiende que es una oportunidad para alejarse
definitivamente del alcohol, retomar y terminar su novela, y de una vez por
todas volver a ser una familia. Pero el hotel tiene vida propia, el hotel es
malvado, y el hotel quiere poseer a Danny, porque Danny es muy, muy especial: él
ve cosas que nadie más ve. Él posee un esplendor que le hace leer en mentes
ajenas e intuir cosas que van a suceder. Danny comprende que el hotel puede
hacer mucho mal, pero sólo tiene cinco años…
Una maravilla del
terror.
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