Seguimos con García
Márquez. En esta ocasión, una novela corta, muy corta, no llega a las cien páginas,
y la he leído mientras vigilaba un examen. Una novela triste, tristísima, que
trata de la vejez, la enfermedad y la pobreza, de la soledad de unos ancianos
cuyo hijo murió hace unos meses y no tienen ya por qué vivir, salvo quizás para
sobrevivir.
El anciano espera
desde hace mucho, muchos años, una carta del gobierno donde le concedan la
pensión ansiada, tras Heber luchado por su país. Pero sigue esperando y esperando,
porque el coronel no tiene quien le escriba…
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