Cuando supe que esta novela era una biografía de la dos veces
Premio Nobel Marie Curie, no lo dudé. Marie Curie siempre ha sido para mí una
referencia, supongo que por ser de las pocas mujeres científicas que han pasado
a la historia.
Rosa Montero comienza su novela hablando del duelo, del dolor y de
la pérdida que sentimos ante la desaparición del ser amado. Se identifica con
el dolor de Marie Curie, quien perdió a su esposo y compañero de investigación
Pierre Curie en un fatídico accidente, cuando fue atropellado por un coche de
caballos. A partir de ahí, siempre tomando como hilo conductor ese dolor por la
pérdida, va hilando desde la niñez de Marie, en una Polonia inexistente como
nación, viviendo en la pobreza, pero con la ilusión de estudiar en la
Universidad, su período como institutriz, su llegada a Francia, su encuentro con
Pierre Curie, su enamoramiento y colaboración científica que desembocó en un
Premio Nobel en Física compartido.
Tras la muerte de Pierre, Marie seguirá investigando inmersa en su
dolor, y conseguirá aún otro Premio Nobel en Química. Analizando el diario que
Marie escribió en el año posterior, Rosa Montero va ahondando en los
sentimientos de una mujer que además de ser científica tuvo que ser esposa,
madre y ama de casa sin poder renunciar a ese rol de cuidadora que tenían las
mujeres de principios de siglo XIX, ni siquiera por estar desarrollando la
insigne labor que realizó.