domingo, 12 de marzo de 2017

La apelación


John Grisham vuelve a desarrollar una trama de juicios, abogados, intrigas empresariales y electorales. En esta ocasión, todo comienza cuando acaba un juicio. Una compañía industrial ha estado contaminando el suelo de los alrededores de su fábrica, tirando residuos sin control y provocando una verdadera catástrofe ecológica en el agua de una pequeña población del estado de Misisipi. La demanda de una joven viuda, que perdió en el lapso de ocho meses a su esposo y a su hijo, es admitida y sentenciada por un tribunal con jurado a una indemnización de cuarenta y un millones de dólares.
Pero la compañía no admite esta situación, y se dedicará a maquinar una desestimación en el tribunal de apelación. Para ello, cuenta con las próximas elecciones a juez, donde uno de los candidatos será colocado por la compañía y sus allegados y entrará en una vorágine electoral totalmente manipulada. El juego sucio está servido. No servirán de nada las buenas intenciones de la magistrada anterior, jueza honrada y minuciosa, ante los intereses generados por corporaciones multinacionales que pretenden limitar todas las indemnizaciones, que castigan a las compañías de seguros para beneficiar a los damnificados.

No es lo mejor que he leído de Grisham (hay verdaderas joyas entre sus otros libros) pero es entretenida, como siempre, una novela de buenos y malos. En España sería impensable una campaña electoral en esos términos, mezclando continuamente ideas religiosas con ideas políticas, pero en Estados Unidos todo es posible…

No hay comentarios:

Publicar un comentario