Tras vivir más de un mes en los mundos de Poniente y los Siete
Reinos, necesitaba un baño de literatura realista. Y ¿qué mejor que un recién
premiado con el Nobel de Literatura? Elegí una de las novelas de Kazuo
Ishiguro, flamante y reciente ganador.
Lo que queda del día es una novela de pensamientos. Todo
nos llega a través de Stevens, un mayordomo a la antigua usanza, quien durante
un breve viaje por Inglaterra, recordará su trayectoria vital y profesional. Aprenderemos
a conocer y a valorar a este hombre digno y profesional, a comprender su afán
de ser un mayordomo perfecto pues, al fin y al cabo, es su vida.
Sólo tres personas parecen ser merecedoras del afecto de Stevens:
su padre, quien en su etapa final trabajó como su subordinado; el caballero
para el que trabajó durante muchos años y por el que siente una gran admiración;
por supuesto, el ama de llaves y compañera de trabajo que se casó y se fue al
otro extremo de Inglaterra.
A través del viaje y de las pequeñas anécdotas que le van
ocurriendo iremos viendo un personaje que no olvidaremos, por medio de un
estilo elegante y discreto.
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