Novela a caballo entre la biografía y la autobiografía, en ella
Javier Cercas nos introduce en su familia. Oriundo de Ibahernando, pequeño y
cada vez menos poblado municipio de Extremadura, de allí proceden su padre, su
madre y toda su familia. Y allí se crió un tío de su madre, y por tanto tío
abuelo suyo, Manuel Mena, el tío Manolo. Y allí fue enterrado a la temprana
edad de diecinueve años.
Manuel Mena siempre fue el personaje heroico de su familia, pero
un héroe del cuál sentirse parcialmente avergonzado, en los tiempos actuales. Porque
Manuel Mena murió en la guerra, y murió como falangista voluntario, voluntario
para ir a la guerra y rebelarse contra la II República.
Javier Cercas nos cuenta las razones para escribir este libro, con
todos los vaivenes emocionales que le supuso comenzar a investigar sobre la
vida y muerte de este tío abuelo al que su madre lloró de niña. Durante años
recorrió lugares de Extremadura, de Cataluña y de la geografía española
buscando un documento, una lista, para corroborar (o no) los datos de la
leyenda familiar.
Criticado por retratar a un falangista desde un punto de vista
cariñoso, considero que sin juzgar, sin defender, sin posicionarse respecto a este
joven falangista que murió defendiendo unos ideales equivocados, Cercas ha
conseguido un libro redondo. Y me han encantado las dos posturas ante la guerra
enfrentadas: Goya frente a Velázquez, el dolor y la miseria frente al heroísmo
y la gloria.
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