martes, 8 de mayo de 2018

Juego de apariencias



No sé si toda la novela negra francesa sigue el mismo método, pero la que he leído últimamente sí. Aunque en esta ocasión, la autora era una desconocida para mí.
Deborah es una bella joven que, aparentemente, está sometida a su esposo dentro del matrimonio. Su vecina, a través de la cuál vemos parte de la historia, está convencida de que su marido la maltrata tanto psicológicamente como quizá físicamente. Cuando Laura, su cuñada, desaparece, entra en escena su cuñado, hermano pequeño de su esposo, junto con su pequeña hija de cuatro años. Se instala en su casa y esta circunstancia parece ser el catalizador para que toda la vida perfecta de esta perfecta ama de casa, con su perfecto esposo, salte por los aires.
Por otro lado, tenemos al policía Sacha Mendel, del que sabemos que no es perfecto, más aún, ha cometido algún delito muy serio, pero no podemos evitar sentir compasión y simpatía por él. Sobre todo porque es muy infeliz en su matrimonio y se enamorará perdidamente de Deborah, al fin y al cabo una testigo, implicada y quién sabe si quizá sospechosa de un crimen…
Perfectamente hilada hasta el final, una estupenda novela negra con buenos y malos, con vencedores y vencidos.

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