La historia que se cuenta en este libro es
una historia en realidad vulgar. Es la crónica de un amor que parecía eterno,
un amor entre dos treintañeros que se enamoran, se ilusionan y rompen un
matrimonio (el de él) por estar juntos. Viven juntos, se casan, tienen dos
hijas… todo parece ir bien.
Pero comienzan los roces, comienza la rutina,
y peor aún, aparece alguna infidelidad. Esta pareja, que como ellos mismos
dicen, “iban a envejecer juntos” se va a pique poco a poco, ahogada en los
problemas laborales y económicos.
Lo curioso de la historia es que se cuenta
desde atrás hacia adelante. Comienza en el momento en que la mudanza ha
terminado y no quedan más que restos de una vida en un apartamento de alquiler.
A partir de ahí, vamos leyendo los pensamientos de uno y otro (los de ella en
cursiva, si no sería imposible distinguir) y vamos asistiendo a trece años de
pareja vistos al revés, sabiendo su triste final.
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