Elena Blanco es una policía, responsable de
un cuerpo que se dedica a investigar algunos casos concretos. Es una mujer dura
que sobrelleva como puede la tristeza que arrastra desde hace ocho años, cuando
en la Plaza Mayor, debajo de su balcón, su hijo de cinco años desapareció tras
soltarse de su mano.
Cuando aparece el cuerpo de una joven, que
estaba celebrando su despedida de soltera, cuyo cerebro ha sido comido por los
gusanos, la inspectora Blanco y su equipo se hacen cargo del asunto. Pronto
descubren que la joven es hija de padre gitano y madre paya, y que hace unos
años, su hermana mayor fue asesinada de la misma forma. Y aunque un hombre
cumple condena por el asesinato de la hermana mayor, no es descartable que se
cometiera un error.
Las pistas se van acumulando pero no parecen
llevar a ninguna parte, salvo a las dudas sobre la investigación anterior. El policía
que llevó aquella investigación está en las primeras fases del Alzheimer, pero
su ayuda será inestimable para comprender la verdad. Elena Blanco comprenderá
quién es el asesino, pero quizá no llegue a tiempo de evitar una tragedia… Incluso
llegará a comprender que el asesino sabe algo de la desaparición de su hijo, y eso
la matará por dentro.
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