Podría ser una novela de Mary Higgins Clark, pero
no lo es, pues la autora es Patricia MacDonald. Ahora bien, la estructura es la
misma: una mujer que se ve enfrentada a una situación muy complicada, con malos
de por medio, y que sale airosa por muy poco.
Anna se descuidó durante unos minutos hace once
años. Dejó solo a su pequeño Paul, de cuatro años, en el jardín de su casa
mientra atendía a la pequeña Tracy. Cuando volvió, el niño había desaparecido.
Once años después, la confesión de la mujer que
lo crió trae de vuelta a Paul a su casa. Un matrimonio compuesto por un enfermo
mental y una enfermera han sido los padres de Paul durante esos once años. Cuando
comprende que va a morir, la madre adoptiva confiesa el secuestro.
Pero Paul no es el niño de cuatro años, sonriente
y feliz, que salió de la casa. Hoy es un adolescente hosco y asustado, que debe
entrar en una casa que le es por completo ajena. Y además, los problemas no han
terminado, pues hay quien no quiere que Paul recuerde las circunstancias de su
desaparición…