Alice Edevane es una
escritora de novelas de misterio, octogenaria, cuyo hermano de apenas
once meses desapareció de la casa familiar hace más de setenta
años. Ella, en aquel momento una quinceañera soñadora y enamorada,
siempre se sintió culpable de aquel suceso por haber ideado y
escrito una historia parecida.
Sadie Sparrow es una
joven policía londinense, investigadora de crímenes, que ha metido
la pata al involucrarse emocionalmente en la desaparición de una
mujer que dejó abandonada durante una semana a su hija de dos años.
El asunto le ha tocado el corazón especialmente, debido a sucesos de
su propia adolescencia.
Cuando, para apartarse
de la investigación, se dirige a pasar unos días a Cornualles a la
casa de su abuelo, en los bosques de los alrededores descubre un
misterio sin resolver: la desaparición, hace más de setenta años,
del hermano de la escritora. Cuando intenta contactar con ella y
averiguar qué ocurrió, se encuentra con un muro...
Una novela
excelentemente trazada, donde todos los personajes tienen un porqué,
e incluso las maldades que suceden son producto de las
circunstancias, casi nunca de la mala voluntad.
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