Cuarta entrega de la saga
de Puerto escondido, con la inspectora Valentina Redondo al mando de una
investigación criminal. En esta ocasión, se trata del crimen de la habitación
cerrada, pues una empresaria de prestigio (aunque no especialmente querida por
sus amistades y colaboradores), Judit Pombo, aparece apuñalada y asesinada en
el camarote de una goleta elegantemente restaurada, pero cerrada desde el
interior.
Valentina y sus colaboradores
tendrán que investigar en el entorno de la víctima, y especialmente entre los
que estaban esa noche en la goleta. En medio de la investigación todo se
complicará aún más, cuando la secretaria de Judit muera bajo terribles dolores
en un cóctel público, envenenada con cianuro.
Como fondo, la vida
personal de Valentina, que ha abandonado a Oliver, quien se convirtió en su
pareja a lo largo de la saga. No sabemos qué ocurrió exactamente entre ellos,
pero sí que hubo un terrible suceso que hizo cambiar a Valentina. Al principio
pensé que no lo recordaba, pero lo que es cierto es que no se relata en ninguna
de las entregas anteriores, sino que forma parte de esta, y se sabe en el
momento oportuno. En conjunto, buena novela, en la línea de las anteriores.
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