Continuando con la Guerra
de Secesión, decidí volver a leer Lo que el viento se llevó. Durante mi
infancia y adolescencia lo leí varias veces, y la película perdí la cuenta de
cuantas veces la vi.
La heroína de ojos verdes Scarlett
O’Hara nos sorprenderá con su vitalidad a la vez que con sus caprichos. Su
obsesión por el amor de Ashley Wilkes, caballero del Sur que, casado con la
dulce Melanie, se debate entre su amor por su esposa y su pasión por Scarlett.
Scarlett se casa una
primera vez por despecho, y una segunda para no perder su casa, su plantación
Tara. Y una tercera vez, como le dice Rhett, “por gusto”. Esta tercera vez
podría haber sido la definitiva, pues al
fin y al cabo Rhett Butler la ama incondicionalmente, pero ella seguirá con su
obsesión por Ashley. Todo se derrumbará a su alrededor y el final es de todos
conocido.
Entre medias, la guerra, y
el juramento también conocido por todos: “A Dios pongo por testigo de que no volveré
a pasar hambre”.
Una maravilla, sin más.
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