jueves, 23 de septiembre de 2021

El lunes nos querrán

 


Retrato de la vida de una adolescente, luego adulta joven, en las afueras de Barcelona. De origen marroquí, en su día a día está muy marcado lo que puede y lo que no puede hacer una mujer decente: puede limpiar, no puede estudiar una carrera; puede cocinar, no puede trabajar fuera de casa; puede quedarse en casa, no puede dejar su cabello descubierto… Y así, muchas otras prohibiciones y normas que hacen de su día a día un pequeño infierno de preocupaciones y miedos, pues sabe que, de ser sorprendida en una pequeña transgresión, su padre le prohibirá ir al instituto. Cosa que ahora le permite únicamente porque su comportamiento es ejemplar.

Consigue ir a Barcelona y matricularse en la Universidad, pero no bajo la tutela de su padre, quien jamás lo hubiera permitido. Es ya casada, con apenas dieciocho años, cuando podrá hacerlo, siempre con el visto bueno de su esposo. Joven este que considera que sus costumbres son antiguas, que deben ser cambiadas, y que su esposa debe estudiar, trabajar y hacer las mismas cosas que las mujeres occidentales. Pero todo cambiará cuando sean padres, y él comience a pensar en perpetuar los roles que tradicionalmente han existido en su cultura. Solo la amistad de otra joven, con los mismos problemas que ella, conseguirá aportarle un poco de luz en estas vivencias.

Relato que me ha enganchado completamente, y que da una visión que yo desconocía de la vida de las jóvenes musulmanas en nuestro país.

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