La novela negra está de moda, y últimamente
está de moda que la protagonicen policías jóvenes (en femenino). A mí me gusta
la novela negra, y he leído varias en los últimos meses. Pero no me canso.
Rebeca es una joven subinspectora que
aborda un primer destino en Barcelona, con miedo a no dar la talla a pesar de
su gran preparación. Arrastra un pasado muy traumático relacionado con su
familia que va dejándose ver a medida que transcurre el relato. Por otra parte,
debido a su condición homosexual se verá expuesta a determinados comentarios desagradables
por parte de sus compañeros de trabajo.
Su compañera de trabajo, Miriam,
es una mujer aparentemente fuerte, que vive una situación familiar compleja. Recién
divorciada tras ser abandonada por una jovencita, su hija casi adolescente vive
un amor con un hombre casado, lo que le genera una situación muy estresante.
Las dos policías se lanzan a
investigar una serie de crímenes donde las víctimas son jóvenes discapacitadas.
En principio, sin tener apenas pistas, pero siempre hay quien comete algún
error…
Ligera y fácil de leer, con una interesante trama y bien acabada.
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