Una historia diferente. Esto es lo
que puedo concluir de esta novela de Pérez Reverte. Además, contada de una
manera diferente.
La narración nos mete en la piel
de dos miembros de la Real Academia Española de la Lengua a finales del siglo
XVIII. La Ilustración se abre paso en Europa, y los académicos quieren formar
parte de esta corriente. En España están prohibidos muchos libros, entre ellos
la famosa Enciclopedia, pero la Academia consigue un permiso especial
del rey para hacerse con ella. Y envían a nuestros dos protagonistas, don Pedro
(antiguo marino) y don Hermógenes (el bibliotecario) para comprarla en París y
trasladarla a Madrid.
Pero no todos los académicos están
de acuerdo con esta compra, y dos de ellos, de ideas contrarias pero con
intereses comunes, tratarán por todos los medios de que la misión fracase,
mandando tras ellos a Pascual Raposo, hombre ruin que hará todo lo posible para
cumplir lo acordado e impedir que la Enciclopedia llegue a Madrid.
Durante toda la tarea a los
caballeros encomendada, los diálogos entre ellos, junto con el abate que les
acompaña en París, son fiel reflejo de una sociedad de la que pocos años después
surgiría la Revolución Francesa.
Y además de contar una rara
historia (la compra de unos libros no es la típica aventura), Pérez Reverte va
saltando del siglo XVIII a la actualidad, contándonos en primera persona cómo
fueron generándose en su mente las ideas, los paisajes y los caracteres de los
personajes. Que, por cierto, son reales, son los “hombres buenos” en quienes
confió la Academia.
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