Corta, cortísima, y diferente. La
protagonista es Mary, cuyo cabello es del color de la leche y que nació con una
pierna en mal estado, lo que le provoca una cojera. La vida a principios del
siglo XIX no es fácil, y menos para una adolescente granjera con tres hermanas
más, discapacitada y analfabeta. Pero muy despierta, muy sincera y enormemente
encariñada con su abuelo, también tullido.
Cuando su familia ve la
posibilidad de emplearla como criada en la casa del cercano vicario, no lo
dudan. Mary se traslada a vivir a la casa para cuidar de su esposa. Cuando esta
muere, y sale de la casa el hijo que se marcha a estudiar, y más tarde la
criada con la que comparte las cargas del trabajo del hogar, Mary queda sola en
casa con el vicario.
Comenzará una etapa de aprendizaje
de la lectura y escritura que a Mary le servirá para escribir en primera
persona su relato. Pero también comienza otra fase…
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