Agatha Christie ocupa, con razón, un lugar
esencial en la novela de crímenes. De vez en cuando, si cae en mis manos alguna
de sus novelas, la devoro en pocas horas. Me ha ocurrido en esta ocasión con
esta.
En una mansión victoriana cercana al pequeño
pueblo donde reside la señorita Marple (anciana inteligentísima y conocedora de
la naturaleza humana), se produce un crimen por envenenamiento. Todo parece
indicar que la asesinada lo ha sido por error, y que debería haber muerto una
actriz de cine muy famosa, que organizaba la recepción donde todo sucedió.
Se suceden crímenes a continuación, encontrándose
las víctimas entre el servicio que aquél día allí se encontraba, y la señorita
Marple tendrá que recurrir a sus dotes de deducción para, sin ningún género de
duda, comprender qué ha ocurrido y qué está ocurriendo.
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