En la continuación de Persiguiendo a Silvia, esta tiene claro que, tras una ruptura
verdaderamente traumática, Álvaro no es para ella. Se refugia en la amistad y
en la extraña relación que surge con Gabriel, un afamado cantante y músico. Finalmente,
tras una boda un tanto extraña en Las Vegas, escapa de Madrid y decide
instalarse en Los Ángeles con él.
Álvaro se ha dado cuenta de que Silvia es su gran
amor y está totalmente arrepentido de haberla dejado escapar, por lo que le
escribe regularmente, confiando en hallar un resquicio para la duda.
Gabriel estuvo enganchado a las drogas y
finalmente, la presión puede con él y vuelve a caer. Silvia, enamorada, hará
todo lo posible por ayudarle, pero él entra en un bucle autodestructivo del que
no puede salir. Álvaro se comporta como un buen apoyo, pero Silvia sigue sin
tener claro lo que quiere hacer con su vida.
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