Conocía a Liane Moriarty hace un tiempo, con Pequeñas mentiras. En
esta ocasión, la novela que he terminado vuelve al mismo asunto: un colegio de
Educación Primaria, unas madres, unos padres, unos niños, unas familias…
Tess tiene una vida plena en Melbourne, con un marido, una
empresa, un hijo y una prima con la que comparte confidencias. Pero un día su
marido y su prima le confiesan que se han enamorado. Tess huye con su hijo a
casa de su madre, a Sydney, y matricula a su hijo en su antiguo colegio. Allí
coincidirá con un antiguo novio…
Rachel trabaja en la secretaría del colegio, mientras trata de
superar el asesinato, hace ya veintiocho años, de su hija adolescente. Siempre ha sospechado del novio que tenía en
aquel momento, y cree que acaba de encontrar nuevas pruebas.
Cecilia es la madre, esposa y ama de casa perfecta. Hasta el día
que, por casualidad, encuentra una carta de su marido, para que la lea en caso
de su muerte. Sabe que no debe hacerlo, pero la curiosidad la está matando. ¿Sobrevivirá
su matrimonio a conocer el secreto de su marido? ¿Cómo influirá este secreto en
Tess y en Rachel?
La trama es buena, aunque quizá la historia podría haber dado más
de sí, profundizando en algunos aspectos y personajes. Pero en conjunto, un
buen entretenimiento veraniego.
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