La entrega número 10 de la serie Fjällbacka me ha decepcionado un
poco. Se trata de varios relatos cortos, el primero de ellos (y el que ocupa más
páginas) es precisamente el que da nombre a la entrega. Son relatos de pequeños
episodios que sucedieron un tiempo atrás, y los protagonistas de la serie no se
encontraban en la situación en la que los dejamos en la entrega número 9.
El primer relato cuenta la muerte de un anciano en plena tormenta
de nieve y aislado con su familia directa en una pequeña isla. La muerte se
produce por ingestión de cianuro, de ahí el aroma de almendras. Será difícil la
investigación, en una situación tan extrema, y más aún debido a los lazos
familiares altamente tóxicos que se detectan entre los presentes.
El resto de los relatos son pequeños esbozos de momentos puntuales
de la vida de los protagonistas, enlazados con crímenes sucedidos. En conjunto,
puedo decir que prefiero una trama larga y bien elaborada, una trama que
Camilla Läckberg es capaz de tejer de manera magistral, como ya ha demostrado
en múltiples ocasiones.
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