En esta entrega del comisario Sejer nos vemos inmersos desde el minuto
uno en la desaparición de una niña de diez años, Ida. Tras salir al kiosco para
comprar una revista y tardar más de la cuenta, se esfuma en un breve trayecto
de unos kilómetros que recorría en bicicleta.
La búsqueda de la niña no da resultados, y cunado unos días después
aparece el cuerpo perfectamente conservado (y previamente congelado) de la
pequeña, no hay indicios que lleven a su asesino. Pero el comisario Sejer va
tirando de los hilos, y entre los lazos familiares y los pequeños secretos
inocentes que Ida guardaba, irá comprendiendo la mente del asesino para,
finalmente, desenmascararlo.
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