Almudena Grandes vuelve a los Episodios de
una Guerra interminable, y en esta ocasión basándose en una historia real. Aurora
Rodríguez Carballeira fue una esquizofrénica que en el año 1933 asesinó a su
hija de dieciocho años, a la que consideraba su obra, por creerla defectuosa. Paranoica
de manual, se consideraba a sí misma como la redentora que podía salvar el mundo
a través de su descendencia, pero su hija no cumplió con sus expectativas y acabó
muerta.
Veinte años después, Aurora está recluida en
el manicomio de Ciempozuelos, y ningún médico psiquiatra le presta apenas atención.
Al fin y al cabo, es una asesina confesa… Es entonces cuando el doctor Germán
Velázquez vuelve a España después de un “exilio” voluntario que comenzó cuando
acabó la guerra civil, permaneciendo en Suiza y convirtiéndose allí en un
psiquiatra de reconocido prestigio. Germán conoció a Aurora en su adolescencia,
y sigue muy interesado en su caso.
Allí en Ciempozuelos está María Castejón, nieta
del jardinero del manicomio, quien ha tenido una vida difícil y ahora, con
veintitrés años, es auxiliar de enfermería. Siente un cariño especial por Aurora,
quien se convirtió en su maestra cuando era niña y nadie le prestaba atención, cosa
que establecerá un vínculo especial entre Germán y María.
Muy buena historia, en la línea de los Episodios
anteriores.
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