miércoles, 17 de febrero de 2021

Mi hija Hildegart

 


No conocía la historia de Hildegart Rodríguez y su madre Aurora Rodríguez Carballeira, hasta que leí La hija de Frankenstein de Almudena Grandes, hace un tiempo. Me encandiló la historia de esta joven, muy joven, quien a la tierna edad de dieciocho años fue asesinada por su madre. Esta es la historia de Hildegart, pero también la de su progenitora, “creadora” a la vez que “destructora” de su obra. En algunas ediciones se llama este libro "Aurora de sangre".

Aurora Rodríguez era una niña, después joven, de una familia acomodada de Galicia. Inteligente y muy interesada en la política, consideraba que era una necesidad que llegara alguien, un “redentor”, a salvar a la humanidad, y más concretamente a las mujeres, de su opresión milenaria (por contextualizar, estamos hablando de principios del siglo XX). Como no se sentía con fuerzas de realizar ella misma esa labor, decidió tener una hija (no le servía un hijo, pero afortunadamente para ella fue una niña) y educarla para ser esa redentora de la humanidad. Buscó al padre adecuado (un padre que no podría jamás pedirle la custodia de la chiquilla) y se dedicó a educarla e instruirla. Lo hizo muy bien, pues la joven en seguida aprendió primero a leer y escribir, luego a hacerlo en varios idiomas, y a la edad de dieciocho años era licenciada en Derecho y había comenzado a simultanear las carreras de Medicina y Filosofía y Letras. Por supuesto, a costa de que Hildegart no tuvo una infancia de juego y despreocupación, sino de estudio y preparación intelectual.

A los dieciocho años, Hildegart Rodríguez era una figura respetada tanto en España como en el exterior, en el ámbito político y en el intelectual (publicando estudios sobre salud sexual femenina). Tras pasar por el Partido Socialista y por el Partido Federalista, tenía intenciones de volar sola, sin la supervisión materna. Su madre no pudo soportarlo, y acabó con su obra, pues le pareció que se dedicaba a menesteres alejados de su verdadera misión. La destruyó.

Este es el relato de las conversaciones con Aurora en la cárcel, explicando su delirante visión de la vida, de la humanidad y por supuesto de su hija.

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