Es curioso cómo ha cambiado el concepto de determinadas cosas a lo largo de los años (y no tantos). Esta novela autobiográfica relata una época en la vida de una adolescente, quien con apenas trece años empieza a ser cortejada por un escritor de cincuenta, muy famoso en la Francia de los años 80. Famoso por sus novelas, de corte pedófilo muchas de ellas, donde cuenta sus experiencias sexuales con niñas y niños muy jóvenes. Algo que hoy nos escandaliza, pero que al parecer era totalmente tolerado en los círculos sociales en los que se movía.
Ella cae (cómo no caer) ante sus
requerimientos, y a la tierna edad de catorce años se convertirá en amante y
musa del escritor. Sorprendentemente, su madre, que al principio no fue partidaria,
finalmente lo acepta, asumiendo que la joven prácticamente viva con él, asistiendo
al instituto como corresponde a su tierna edad, pero pasando las tardes “entre
las sábanas”, como ella misma cuenta.
En ningún momento la joven es obligada a entregarse,
sino que siempre hubo “consentimiento”. Pero, y este es el quid de la cuestión,
¿hasta qué punto es aceptable esta situación? Una niña de esa edad, ¿es lo suficientemente
madura para dar el sí ante un hombre tan mayor? Esta y otras preguntas subyacen
en el fondo de la novela, que en resumen es un grito de alarma ante una
situación que, afortunadamente, creo que ya no se consentiría en la sociedad en
la que hoy vivimos.
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