Comencé este libro porque me llamó la atención el título, siempre es atractivo leer sobre Pompeya. El tema se me ha quedado un poco corto, pero después me he dado cuenta de que se trata de literatura juvenil.
Un joven estudiante de Arqueología descubre, durante las excavaciones, que dos de los fallecidos durante la erupción del Vesubio en el año 79 presentaban unas características inusuales. En concreto, parecía que uno de ellos estaba apuñalando al otro, y este parecía ser el último crimen cometido en Pompeya. Esta es la excusa para introducir una serie de hechos históricos en el relato (bien hilados por cierto) y para que el protagonista, Chema, investigue el asunto mientras, como ruido de fondo, la mafia napolitana intenta hacerse con parte del tesoro de Pompeya, siempre desde un punto de vista bastante hilarante.
Una novela fácil de leer y que consigue lo que pretende: entretener y culturizar un poco al público juvenil.